Se trata de la hermana del padrastro de la menor, que sigue internada en el Hospital Materno Infantil. Reiteró, como lo había dicho ante la policía, que su pequeño hijo padece TEA y la golpeó con el caño de una mochila, pero que ella pensó que la lesión sufrida por la niña "no era tan grave".
La mujer de 30 años acusada de causarle graves lesiones a una bebé de 9 meses que está internada en el Hospital Materno Infantil declaró este lunes que no agredió a la niña sino que su pequeño hijo, que padece TEA, la golpeó con el caño de una mochila y que ella pensó que “no era tan grave”.
Se trata de la hermana del padrastro de la menor, quien hace casi dos semanas se encuentra alojada en el área de cuidados intensivos del nosocomio local. La sospechosa, que se encuentra en libertad, fue llamada a declarar a Tribunales como imputada, en el marco de una investigación que lleva adelante el fiscal Leandro Arévalo.
Previamente, los jueces de Garantías Gabriel Bombini y Juan Tapia, en distintas oportunidades, habían negado al instructor penal la autorización para detenerla.
En una audiencia que se extendió durante casi tres horas, la mujer contó que cuidaba a la bebé cuando su madre -que se desempeña como empleada de limpieza- o el padrastro -su hermano- no podían hacerlo. También dijo, inclusive, que la niña había convivido con ella un tiempo.
Acto seguido, señaló que el 19 de junio fue la última vez que la cuidó. Mencionó que la menor había pasado la noche en su casa con ella y con su hijo de 9 años que sufre Trastorno del Espectro Autista (TEA). Tal como lo había adelantado ante la policía hace dos semanas, la sospechosa indicó que fue el pequeño el que golpeó a la víctima en la cabeza con el caño de una mochila.
Ese episodio, agregó, le provocó un llanto a la niña, que luego se durmió. En tanto, el jueves 20 de junio, ella se la entregó nuevamente a la madre, quien con el paso de las horas detectó en su hija un cuadro de fiebre que se agravó hasta que decidió llevarla al hospital.
En el nosocomio, los médicos detectaron que la bebé presentaba un hematoma subdural en la cabeza, una fractura de muñeca no tratada, e irritación de ojos crónica, signo de que era zamarreada habitualmente. De inmediato, dispusieron su internación.
A pesar de haber logrado compensarla, los especialistas diagnosticaron a la menor con un cuadro de hemiparesia: es decir, una parálisis de medio cuerpo por el cual podrían sufrir secuelas. En ese contexto, permanece alojada en el Materno con asistencia mecánica respiratoria.
“Soy una de las principales que quiere saber lo que pasó”, declaró también la cuidadora ante el fiscal Arévalo, antes de retirarse del edificio de Tribunales en libertad, condición en la que aguardará el desarrollo del proceso judicial que hasta ahora la tiene como única imputada por el delito de “lesiones graves agravadas”.
No obstante, fuentes del caso señalaron que los pesquisas no descartan que con el paso de los días y la realización de nuevos peritajes surjan nuevos indicios que permitan establecer otras hipótesis o lineamientos en la investigación.
De todas maneras, los informantes no dejaron trascender mayores detalles debido al hermetismo reinante en la causa tendiente a evitar que se filtren datos que permitan identificar a la víctima.